*Querido lector, para su comodidad, sírvase de cambiar el tamaño de la letra*

martes, 28 de octubre de 2008

Desliz


ACTO I


Bla, bla, bla.

Sin nada nuevo que contar.


Ruido por aquí y

ruido por allá.


Sonidos que emergen del concreto.

Pasos tiernos.


Virtualismo.

Encerrado en una ventana.


Paso tras paso.

Sin llevarme a ningún lugar.


Vamos, amigo mío.

¿Acabas de mencionar que es recíproco?



ACTO II


Pero…


APESTA A ELLA



Aromas imperceptibles a mi olfato.

Sin embargo, con color, al contacto.


No es novedad.

No deja de innovar.


Sensorialidad.

Hambre.


¡Escóndete!


¿De quién?


De esos aferrados duendes que trepan por tu inconciencia.

¡Malditos duendes!


¿Escuchas su sabor?


Mis pantalones se derriten.

Mis manos no se deciden.


Refúgiate.

¿Dónde?



Dónde puedas…Vamos.


Da la espalda.

Una vez más.


Contrariedad.

Indicios para rechistar.


Con un par de manos.

Con veinte falanges.


Sosteniendo el ápice más delicado de tu moreno cuerpo.


Corazón/Alma/No quiero ni creo que toques mi espíritu



ACTO III


Suavidad deslizante como una frazada hecha con nubes.

Es cómo…


¡¡¡¿¿¿QUÉ HICE MAL???!!!


Listo, mañana, no sonreirás.


Así que no esperen lo contrario bajo ningún motivo.



Simplemente, estoy cansada.


¿Pero cómo tendré descanso si no hay un par de brazos cálidos que me acojan?


Sabes que te quiero.


Pero se acabó.


.

.

.


¡Silencio! Hablad bajo.




Inconsciente/ Consciente


Esto es para ti, para tu ceguera y para tu egoísta consciente .

Gracias Morelia por abrirme sus puertas.

No reces por abrir los ojos…Reza para que yo esté ahí esperándote.

Te quiero.

Pero…

No más.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Ciclo:Remembrando

Querido lector@:lee esta entrada de abajo para arriba.

Primera y finalmente, esto es para tí,porque eres el único...el único.
Te Amo.
Te Espero.
No sabes cuanto ansío tu llegada.
Pero lo harás...sé que lo harás.
Y yo estaré aquí, sólo para tí.
Puedo escuchar tu voz susurrando las líneas.
Tú, mi pecado original...



Ésto va por tí y por mí, pero sobretodo, para tí.
Por haber sido mío aquel frío diciembre.
Por aquellos besos y aquellas lacerantes caricias.
Por esos brazos protectores, por las palabras sinceras.
Pero antetodo, por lo que aún significas para mí, y yo para tí, a pesar de todo lo que hice...



Especialmente para tí, Charly.
Por aquellas tardes de lágrimas y aquellas noches de punzantes recuerdos.
Sin olvidar los atardeceres aturullantes y nostálgicos.
Mi voz te dedicó estas frases, una y otra vez...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Azotea


Tumbada en aquel tejado que me gusta tanto.
Aspirando lentamente el humo del cigarrillo, sintiendo el amargo sabor del tabaco en mi lengua.
Cobijada por un frío vientecillo y por una dulce luna.
Me dedico a…pensar.

Regresando han pasado muchas cosas.
En tan solo tres días.

Me hubiese gustado fundirme en aquellos cálidos brazos que me daban la bienvenida.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme en aquellas voces que mencionaban mi nombre, sí, mi nombre, como líneas trazadas en el aire, viajando entre ciertos oídos.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme en aquel, mitad forzado, mitad otorgado, abrazo teniendo a los mosquitos de testigos.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme bajo esa brillante pero imperceptible luz que mojaba mis mejillas.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme en aquella mano que acariciaba mis cabellos, en un pueril intento por aplacar mi enojo.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme con el duro y semiseco pasto en el que apoyaba mi cuerpo y dormitaba mi descanso.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme en aquellas rápidas imágenes, cargadas de emociones.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado fundirme con el espacio y correr hasta cansarme y tumbarme bajo algún árbol.
Pero a la vez no.

Me hubiese gustado agitar mi cabeza hasta que ésta me doliera, cortesía de la euforia.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con las siete regresiones que cundieron torpe pero ágilmente en mi mente.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con mi boca, mientras rememoro estúpidamente, sin hacer uso de ella.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con el sueño, y ser atrapada una y otra vez, sin posibilidad de regresar.
Pero a la vez no.

Me gustaría poder decirle a “él” cuánto lo amo, lo deseo, lo extraño.
Pero la vez no.

Me gustaría fundirme en medio de aquellas líneas, de aquellas notas, de aquella voz.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en la risa que emanaba como un manantial de tranquilidad y con fondo trivial.
Pero a la vez no.

Me gustaría cantar una y otra vez, usando esta garganta como canal de ese timbre tan poco usual.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en las palabras que nutren mi mente, mi sabiduría.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en esas caricias que siento en la mejilla y hace vibrar mi corazón de alegría.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en la imaginativa ilusión de ser importante para alguien, para alguien más.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en la capacidad de apreciar mi verdadero valor.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en mi ropa, para así tener un olor perpetuo en mi nariz.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en el olvido de mis contradicciones.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en los corazones de los que amo o quiero.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en medio de mis cálidas sábanas, protegiéndome y conteniéndome.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en tus manos, guiarlas, acariciarlas; no sólo ser tu dueña, sino también ser tu títere, ser tu pertenencia.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en las olas saladas del mar.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en las nubes, abrazarlas y retenerlas juntos a mi pecho.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en los accesorios de mi máscara cotidiana.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en los charcos enormes y molestos de la lluvia sobre el concreto.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en las luces y sombras que recorren mi cuerpo todo el tiempo.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en los ruidos que cunden por las paredes de mis lóbulos.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con este ignorante y manipulable teclado.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con la inutilidad de mis pensamientos, los que dividen mi esencia.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con la fantasiosa y quebradiza almohada que me calma.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en las bromas que me juega, tan cercanas, a pesar del poco tiempo de interacción.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con la sensación de ser extrañada o necesitada.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con ese sentimiento, sin sentirme obligada a decir nada a nadie.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con el temor de ser interrogada o cuestionada.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con algún tipo de dedicatoria para este escrito.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con tus abrazos, cálidos y cariñosos.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con el tiempo y existir con múltiples propósitos.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con nuestras “……….”
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en sus estúpidas resoluciones y hacer un intento por comprenderlas o entenderlas.
Pero a la vez no.

Me gustaría descansar mi fatigado e inútil cuerpo.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con las manecillas del incesante reloj que me observa.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con mis párpados entrecerrados, angustiados.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en mi inocencia.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en la velocidad de todo tipo de movimiento.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con esa pésima ortografía.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con las malinterpretaciones de todos.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con esos sonidos que me otorgan, tanto la noche como el día.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con los poros de mi piel, cuando tiritan de frío en esta noche.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con el sopor y entumecimiento de mis articulaciones.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme con las miles de ideas o pensamientos que podrían ocurrírseme.
Pero a la vez no.

Me gustaría fundirme en tu alma y mis intentos de “…….”
Pero a la vez no.


¿Por qué?

Porque aún no ha llegado.

Y tengo miedo. Mucho miedo. De mencionar claramente una sola palabra.

No una sola oportunidad.

Sino una oportunidad más.

Todo podría abandonarme y sumergirme en ese cubo de agua helada que ya tanto me conoce.

Ya no quiero.

¿Por qué cuando un ciclo me tienta vuelve el anterior a incomodar, aunque solo sea para recordar? Porque estoy casi segura de que no será esa parte de aquel desasosiego munificente de nuevo.

“I won’t let this build up inside of me”

Es raro pero excitante como una frase puede poseer tu mente y darle un poco más de claridad a tus intenciones inmediatas.

Pero es verdad. Y no es solamente para uno solo de ellos.

Tengo que controlar “este” sentimiento. Y seguiré cantándote, para poder dar alivio a mi titubeante y marchito corazón.

Soy humana. Soy quinestésica. Soy sensible. Soy romántica. Quiero abrazarte, querido lector. Pero no sé si te dejes, o peor aún, si quieras.

Más que tranquilidad, quiero fuerza, dicha, derroche.

Si, con una sonrisa en el rostro, es lo que quiero.
Pero a la vez no.

No se puede en solitario.
La última ceniza del cigarrillo cae, brilla y se consume.
Quedó suspendido en el aire.
Quizá sea lo mejor.

Gracias Vermillion! XD

P.D. Escrito extraño y sujeto a modificaciones, con un poco de más claridad que los demás. Con un objetivo e ideas principales y determinados, pero siendo interrumpidos por ideas mas simples y medianamente ciertas. Lector, presta especial atención a aquellas que sepas que han ocurrido en estos tres días.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Notas Mentales.

He aquí abajo y finalmente publicada la segunda y última entrada que oficialmente escribí en Chimbote, Perú. Por problemas técnicos no pudo ser publicada en el tiempo y espacio determinados por mí.

A pesar de que falta una de las dos entradas que
deben leer y/o quiero que lean antes de "intentar una oportunidad más" (la primera es Repetición Repetitiva...),éstas manos que controlo no dudaron en rodear los cuerpos de aquellos que, inevitablemente, se cruzaron en mi camino en estos tres días.

Sensibilidad disparada.Al parecer, por ese único momento.

"Hay veces en que pienso que no debería estar ni aquí ni allá"

Pensamiento que me carcomía leve y aleatoriamente durante las últimas noches en casa.No quiero arrepentirme de haber vuelto. Por un lado estoy segura que no pero...por el otro, la puerta está abierta de par en par.

Veamos qué la cruza primero. A pesar de que no sólo depende de Mí.

Eso es todo. Más que una aclaración, fue un aviso y un fluido de mi mente,para ustedes.

Posible próxima entrada: "Agita" (latín).

miércoles, 17 de septiembre de 2008

P-A-S-I-O-N-I-S-T-A


(I)





¿Por qué?

Es cada vez que siento el impulso de mis pasiones.


Pasiones


Renacientes

Relucientes

Inexpertas

Sabias

Aclamantes

Tanto por salir como por entrar



Posicionada.

Dentro o fuera, tangible o intangible.


Cambio tras cambio.


Como posesos sin fin.


Con intención.

Con atención.

Con aclamación.


Con firmeza.

Con sudor.

Con uñas y dientes.


Carne con carne.

Sangre con sangre.

Ósculo con ósculo.

Sábana con sábana.

Agitación

Seda con algodón

y

Algodón con seda.

-.-.-.-.-.-.-.-

Cosquillas

Bien dicen por ahí.

“La carne es débil”

Sin embargo


La callosidad de las húmedas marcas violáceas en la nuca.


No entra.

No sale.

Temo que

No es


Una huella es producto de una acción.

Una acción es producto de un sueño.

Un sueño es producto de una fantasía.

Una fantasía es producto de una nube sin principio ni fin.

Una nube sin principio ni fin es producto de mi aliento.

Mi aliento es producto de mi sentir.

Mi sentir es producto de mi condición humana.


Y solamente nos dedicamos a satisfacer nuestros cuerpos.


Esta cama rechina mucho de lo usada que está

-¡Y vienes a quejarte ahora! ¡Y precisamente tú!


Canjeas una sonrisa por una caricia.


Lo tocas






(II)





¿Por qué?

Es cada vez que siento el impulso de mis pasiones.


Pasiones

Marca tras marca.

Grito tras grito.

Gota tras gota.

Gemido tras gemido.


Con saña.

Con impureza.

Con desprecio.


Con frialdad.

Con engaño.

Con sinsabor.


No solo sale y entra.

No solo es tangible o intangible

Además

Tiene sabor

Agrio

Amargo

Líquido


Vociferas palabras sin sentido.

Sin embargo,

hueles.

a demencia

Cólera.

Tacto.

Sal.

Se congelan


La suavidad de la plancha carmín donde se deposita al antónimo del victimario.

­¿En verdad quieres decirlo?

Podría continuar.

siendo

Cajas.

Quizá…

Sin respiraderos.


La cuchillada es producto de la hoja.

La hoja es producto del metal fundido.

El metal fundido es producto del fuego.

El fuego es producto de la mezcla de abrasión y carbón

El carbón es producto de la sucia y fermentada tierra.

La abrasión es producto de tu condición humana


Y solamente te dedicas a satisfacer tu sed impune de besable locura.


¡El óxido amenaza con hacerla caer en pedazos.

¡Pero no hay nada mejor que el siseo de un aullido desgarrador!


Canjeas una lágrima por un poco de sangre coagulada en tus grisáceos pómulos.


Quieres y deseas creer que…

Sutilmente,

sean

impuestas





(III)






¿Por qué?

Es cada vez que siento el impulso de mis pasiones.


Pasiones

Buscadas

Mareantes

Encontradas

Agridulces


Aunque

Mayoritariamente

Degustadas.


Con dulzura.

Con apego.

Con suavidad.


Amar.

Querer.

Enamorar.

Son tres etapas principales

Con ceguera.

Con deslices.

Con aislamiento.


Festival inconfundible de sonrisas protectoras.


Tras un beso.

Tras una caricia.

Tras un corazón.


Entra y sale, tangible e intangible.

Sin afán de posesión

Sino de una especie de redención.


Perpetración


No permitiré que tu frágil alma enferme.

La haré gozosa y poseedora de la felicidad que se merece.


Seguridad.

Entendimiento.

Solo ambos


Un sonrojo es producto de un beso.

Un beso es producto de un impulso.

Un impulso es producto de un haz con olor a rosa.

Un haz con olor a rosa es producto de una visión.

Una visión es producto de un dedo recorriendo unos labios.

Un dedo recorriendo unos labios es producto de nuestra condición humana.


Y solamente nos dedicamos a adornar nuestro amor con el más fino encaje que nos otorga la inocencia y la unión.


Fragantes gardenias.

Esplendidos árboles.


Juntos, hasta que la muerte los separe.


Canjeamos la simpleza del tiempo por la vaporosa eternidad.





Estoy

En medio de la habitación.


En medio de una cama,

una cuchilla

y

un haz con olor a rosa.


sin embargo


Si tuviera que escoger entre los tres,

simplemente,

entrelazaria mis manos entre ellas.

Daria uno profundo

Si

respiro


Comprimiría mi cuerpo apoyada en el suelo.

Y haría a lo que estoy acostumbrada.


Producir calidez para alimentarme.

De mí, para mí.


Solo para mí…


Comparto mis propias pasiones.

Pasiones traviesas, dispersas, sin orden alguno.


¿Con quién?


Si apenas te lo estas preguntando solo quiere decir una cosa:


Eres más humano de lo normal.


Es decir


Solo eres un humano…


Solo eres la máquina perfecta.