Hola de nuevo. Un pequeño regreso desde el abandono de este blog hace un poco más de un año y medio.
Los colibríes zumban al lado de mi oído
buscando su alimento matutino,
buscan la miel dulzona que surca mis venas.
Van volando, por aquí y por allá,
saboreando la libertad de cruzar el viento
y perderse entre flores de muchísimos colores.
Traviesas, arriesgadas,
no pueden estarse quietas un solo momento,
ni cuando besan el néctar de los labios
de la mujer lagarto.
Íconos de expresión de la celeridad y color,
de lo que es, al parecer, libre.
De lo libre que anhelas ser.
Del anhelo, del sueño.
Los dos textos publicados con fecha de hoy son experimentos. Este fue el resultado de un ratito inmundo de ocio en la universidad.
No esperen el estilo acostumbado, pero sí la esencia acostumbrada.
Gracias a los que leerán.
Colibríes
buscando su alimento matutino,
buscan la miel dulzona que surca mis venas.
Van volando, por aquí y por allá,
saboreando la libertad de cruzar el viento
y perderse entre flores de muchísimos colores.
Traviesas, arriesgadas,
no pueden estarse quietas un solo momento,
ni cuando besan el néctar de los labios
de la mujer lagarto.
Íconos de expresión de la celeridad y color,
de lo que es, al parecer, libre.
De lo libre que anhelas ser.
Del anhelo, del sueño.
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